Hasta ahora, los pobres zapatos de tacón sólo recibían palos: que si eran malos para la columna vertebral, que si su roce llenaba de callos y heridas los dedos y estropeaba los pies, que si eran carísimos... incluso se llegó a decir que eran culpables de trastornos mentales tan graves como la esquizofrenia.
Ha tenido que llegar una mujer de ciencia italiana, la uróloga Maria Cerruto, y hacer un estudio que acabe por fin con la mala prensa de los tacones de aguja: en él, se asegura que usar tacones de aguja mejora la salud en general y la vida sexual en particular.
Según informa la revista European Urology, la doctora Cerruto puso bajo su lupa a 66 mujeres menores de 50 años y llegó a la conclusión de que aquellas que mantenían su talón a cinco centímetros del suelo, por lo menos, no sólo poseían una mejor postura, sino una menor actividad eléctrica en los músculos pélvicos. Según la investigadora científica, esto ocurre porque "estas mujeres se fortalecen y poseen una mayor contracción en la musculatura de la pelvis", lo cual repercute en una notable mejora de la actividad sexual.
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